Por Juan Tomás Valenzuela
El cuento del peregrino
y la sanación masiva,
resultó ser más nociva
que el regreso de Quirino.
Ni el Penco, ni el malandríno
que está al frente del Estado,
se han dado por enterados
del daño que este ignorante,
le hace a este pueblo bergante,
inculto e indisciplinado.
El montaje de esta trama
digna de telenovela,
con un carajo a la vela
que anda trás de cuarto y fama,
son escenas de un programa
de eventos bien orquestados,
con los cual, el desgraciado
que dirige la nación
va a darle el golpe bolsón
a este pueblo desahuciado.
Han tomado al peregrino
como tiro de escopeta
pá joderle la chaveta
a Abinader y al felino.
Le han trancado los caminos
al proceso electoral,
para intentarse quedar
más allá de lo debido,
ya que el Penco no ha podido
ni siquiera despegar.
Cogieron a Roquelito
como si fuera un muchacho
y le mandaron al Gacho,
un tiguere del Manguito.
Le llegó con el truquito
de «préstame la patana,
que por ahí viene mi hermana
que vive en Villa Altagracia
y si tú le caes en gracia,
te la dejo dos semanas».
Si alguien ve la diferencia
entre los chorros de Abel
y el andar de este lebrel
que lo explique con coherencia.
Insulta mi inteligencia
el accionar de ésta gente,
que de manera conciente
busca propagar el caos,
con la anuencia de João,
del Penco y del presidente.
Juan de los Palotes
28 abril 2020